¿Por qué te rehúsas al presente;
con aquella mirada de rencor que aún no está ausente?
Enfrentas las discordias del pasado;
Recordando a diario el engaño del ayer.
¿Hasta cuando seguirán tus ojos, sangrando de dolor?
¡Vive el placer de esa vida!; casi moribunda aquel momento,
Sobrevivientes de dolores;
hoy ansían tu perdón.
¿Acaso nunca cometiste algún pecado?
¿Nunca fuiste víctima de tus propias rebeliones?
Si el más fuerte perdonó sin importar iniquidades,
¿Por qué no te inmutas y declaras el perdón?
Son pocos tus días por vivir,
Es muy triste sepultar la conciencia amargada por injusticias.
¡Reflexiona!, ya no más excusas de defectos,
¡Piensa! y, por favor, perdona.