Siendo mi enemigo pretendía desafiar,
toda mi confianza deseaba superar;
esos valiosos anhelos, los que quería alcanzar.
Tenía sueños, y sí, se propuso conquistar
dijo que no podría;
que valía faltaba para poderlos tomar.
Me engañó mucho tiempo
con mentiras y dudas parecía acabar
con mi vida y deseos para no verlos más.
¿Qué pasó, en un momento?
decidí terminar,
¡imposible! gritó Alma y afirmó también Mente: -no resultará-.
Quería aventuras, poder ya gritar
que soy diferente y voy segura por más.
Sin embargo, escuché en mi afán,
que no se trata de dones ni que otros puedan más,
es señor Tiempo quien dice después del Capitán,
cuándo es mejor y seguro para poder disfrutar,
que es necesario el proceso, con trabajo y lágrimas,
para poder valorar.